agosto 29

Hablo con Ivette (Román) quien me dice que ya deben haberme contado sobre lo que pasó en el momento pautado para el performance. Le digo que no, que nadie me ha hablado (que no han habido tampoco comunicaciones a través de este blog). Ella me dice que fue como una reunión de amigos (pero sé que para ella tal vez todo el festival fue así).

Los procesos (de ansiedad, de espera) fueron similares para mí a los de un performance presencial, pero no han pasado ni mermado después de terminado el evento.

La acción tiene como término agosto, aunque no sé del todo cómo salir de la misma.

Septiembre tal vez sea un mes de revisiones (una estela residual).

En octubre tal vez la escritura haya pasado a otro plano. Cada día más, me estoy dando a actos de transcripciones, de copiar textos, mecánicamente. Hoy me doy con el ensayo “On the Uses and Disadvantages of Living among Specters” de Agamben, del cual copio:

“In Venice the merchants are not found in the temples, but in the tombs, where they offend not only the living, but even more so, the cadaver (or rather what they believed to be a cadaver, though without being able to confess it). But this cadaver is actually a specter, that is to say (if the merchants are aware of its existence), the most nebulous and subtle entity, and thus as distant from a cadaver as one can imagine.”

Ahora también traduzco:

“La espectralidad es una forma de vida, una vida póstuma o complementaria que comienza cuando todo se ha acabado. La espectralidad tiene así, en comparación a la vida, la incomparable gracia y astucia de aquello que ha sido completado, la cortesía y precisión de quienes no tienen nada por venir. Henry James aprendió a percibir criaturas de este tipo en Venecia (en sus historias de fantasmas las compara con silfos o duendes). Estos espectros son tan discretas, tan elusivos, que son siempre los vivos quienes invaden sus casas y fuerzan su reticencia.”

“Pero hay otro tipo de espectralidad que debemos llamar larval, que nace de no aceptar su propia condición, de olvidarse de la misma hasta pretender a toda costa que se tiene peso y carne. Estos espectros larvales no viven en soledad pero buscan a personas que los generan a través de su mala conciencia. Viven en éstas como pesadillas, como íncubos y súcubos, internamente moviendo sus miembros yertos a través de cordones hechos de entelequias. Mientras que el primer tipo de espectralidad es perfecta, porque no tiene nada que añadir a lo que ya ha sido dicho o hecho, los espectros larvales deben pretender tener un futuro para hacer espacio para tormentos de su propio pasado, para su incapacidad de comprender que ya, de hecho, se han completado.”

(de “Nudities” de Giorgio Agamben. Stanford University Press, 2011. págs. 39-40.)

No creo estar tan seguro de esta polaridad (de que exista siempre tal diferencia marcada entre ambos tipos de espectros).